Como era previsible, la convocatoria para la marcha del 7J. resultó un completo fracaso. No era un tema menor, nos encontramos frente a un golpe de estado judicial, pese a ello, la gente le dio la espalda a la convocatoria asqueada de tanta pusilanimidad y negociación.
La dirigencia Argentina es una máquina de desperdiciar oportunidades y dilapidar caudal político. Basta recordar lo sucedido con las movilizaciones contra la resolución 125: la actitud de escapismo del vicepresidente Julio Cobos quien luego de votar en contra y constituirse en un héroe de aquellas jornadas, desapareció del centro de la escena por su incapacidad de ponerse al frente del proceso político. O en el mismo sentido, lo sucedido con el diputado Francisco De Narvaez quien luego de vapulear al propio Nestor Kirchner en elecciones, abandonó el liderazgo tomándose unas larguísimas vacaciones para cuidar a su hijo recién nacido, no recuperándose jamás de su renunciamiento.
Tambien podemos sacar la misma conclusión con lo sucedido con Sergio Massa o mucho más importante con lo ocurrido con las gigantescas movilizaciones del 13S 8N o 18 F.
La situación siempre es la misma: la dirigencia (política, empresarial o judicial no sabe encarnar los deseos y anhelos del pueblo en las calles y distraídamente se aboca a sus mezquinos negocios o transacciones.
Pero lo sucedido con el l8F, la muerte del fiscal Nisman y el archivo de sus inquietantes denuncias destruyeron las esperanzas y las pocas energías que restaban en un pueblo desencantado. Se trataba de un tema demasiado vital para la Repùblica. Se trataba de la necesidad de aclarar las circunstancias de la muerte de un fiscal que iba a ir a declarar al dìa siguiente frente al Congreso de la Nació y que acababa de imputar a la mismísima Presidenta de la Nación de delitos gravísimos. Se trata de investigar minimamente sobre las graves denuncias que mismo Fiscal habia realizado. La gente enfrento la lluvia y el frio en un reclamo emocionante de Justicia.
Pero nuevamente la dirigencia trituró las esperanzas. La dirigencia polìtica miró para otro lado, ocupada en el intercambio de figuritas y cargos en vista a las próximas elecciones. Puede un país hablar de elecciones cuando la muerte de un Fiscal Federal no se encuentra aclarada y cuando la propia Presidenta de la Nación y una Jueza Federal en actividad consideran la posibilidad de un homicidio ? No tendrían los politiicos que colocar el tema en el centro de la escena para presionar sobre los encargados de la investigación? Se puede seguir adelante con esa brasa sin apagar?.
Pero más grave aún resultó la deserción de los jueces y fiscales que supuestamente reclamaban por la muerte de su colega y que supuestamente no iban a dejar morir su memoria. La energía del pueblo en las calles se utilizó para negociar cargos,permanencias y ascensos. Cómo pudo continuar la fiscal Viviana Fein en su cargo? Cómo pudo suceder que sus colegas no exigieran públicamente su renuncia para poder esclarecer la causa de la muerte del fiscal Nisman?.
Lo mismo ocurrió con las denuncias del fiscal Nisman contra las máximas autoridades de la Naciòn. Con argumentos verdaderamente escandalosos desde el punto de vista jurídico se archivó toda posibilidad de investigar. Cómo pueden los jueces Rafecas, Ballesteros, Freiler y el Fiscal De Luca caminar por tribunales sin recibir la repulsa de sus colegas. Cuidado, aquí no se trata de opiniones jurídicas -siempre respetaré las mismas, cualquiera sea su sentido- aquí se trata de evidentes e incuestionables mamarachos con formas jurídicas, cualquier estudiante de derecho que no tenga su mente contaminada de ideología o intereses espúreos lo sabe.
Por último, la gente asiste atónita a un súbito desaceleramiento de todas las causas que involucraban a funcionarios públicos, hecho que sin sonrojarse todos atribuyen a las destreza «tempista» de los magistrados y fiscales federales. Todo ello mientras el Dr Lorenzetti sigue negociando, nadie sabe con precisiòn què.
El pueblo asqueado asiste a este triste y decadente espectáculo, por ello se refugia en el futbol y en Tinelli. El fracaso de la convocatoria era la crónica de una muerte anunciada.
Nadie levantarà su voz contra el definitivo copamiento y sumisiòn del Poder Judicial. Los Jueces y Fiscales son mayores de edad y son poderosos, tienen todos los recursos de la ley y la Constitución en sus manos, es lamentable que estén mendigando el apoyo popular. Ellos nos tenían que defender, no nosotros a ellos. Otra vez no, ya nadie les cree, su cuarto de hora ya pasó, nadie recordará sus segundos de gloria.
Dr Eduardo Terzian