La Corte dejó solos a los Jueces. Reflexiones sobre la legalidad y los valores

La Corte dejó solos a los Jueces. Reflexiones sobre la legalidad y los valores

Ha tomado estado público, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación decidió no intervenir, por ahora, en el problema planteado por el desplazamiento del juez Luis Maria Cabral. Se trata de a  una embestida del gobierno nacional tendiente a evitar que este juez falle en contra de la constitucionalidad de un tratado firmado con Irán.

En gran parte de los jueces nacionales existe un gran malestar por esta actitud de la Corte, entendiendo que el máximo tribunal “los dejo solos”.

Sin entrar en tecnisismos, es manifiesta la intencionalidad política de este desplazamiento del juez a punto de fallar, desplazamiento e intención encubierta bajo ropajes legales y formales.

La Corte por su parte, adujo problemas” formales- procesales” para expedirse y en principio a mi criterio, estos problemas formales parecen existir.

De algún modo, para analizar esta situación debemos retrotraernos a un viejo debate entre las formalidades jurídicas y los valores, sean estos universales o personales. También nos encotramos con  un dilema ético que nos interpela desde el pasado. Dejo al lector que coloqué y sustituya a cada personaje históríco por los actuales.

Salvando las distancias específicas recurro a un ejemplo extremo para disparar el debate:

1.- El advenimiento del nazismo a través de la figura de Adolf Hitler.

2.- La actitud de la comunidad judía en particular frente a este fenómeno.

3.- El juicio de Nuremberg donde se juzgo y condeno a la jerarquía nazi.

Como es sabido, Aldolf Hitler llegó al poder en la Alemania de posguerra combinando  tácticas de fuerza (terrorismo, sabotaje, etc) y tácticas legales (gano muchas elecciones y plasmó un sistema jurídico propio bastante complejo)

El debate tradicional de la gente de derecho, gira en torno en reconocer o no a Hitler, la vigencia y validez del  sistema jurídico nazi (leyes, decretos,resoluciones) claramente impregnados de la la ideología nazis.

En otros términos, se trata de aceptar o no como derecho válido el “derecho nazi” y se trata de determinar cómo proceder frente a tal “derecho”.

Recordemos que millones de alemanes se incorporaron a la maquinaria nazi como engranajes de muerte. Ignotos y simples empleados públicos se transformaron  en  frios ejecutores de órdenes repugnantes para nuestra moral actual. Y todo ello justificado en el cumplimiento de la ley del estado nazi. Miles de alemanes creían cumplir con la ley y su país al obedecer las leyes nazis.

De tal forma, un debate que parece reservado a especialistas del derecho ,muestra  sus efectos practicos. Según la elección valorativa que efectuemos, estamos hablando de diferencias que se cuentan por millones de muertos.

La otra cara del tema, lo presenta la actitud de la colectividad judía frente al fenómeno nazi. Así como tenemos la actitud del individuo frente a la ley “injusta”, tenemos la reacción de las víctimas frente al terror.

Miles de judíos reaccionaron a tiempo y abandonaron Alemania o resistieron mueriendo. Pero una gran mayoría fue sometida por “aceptar ” lo que estaba pasando.  Esta aceptación , tuvo  diferentes matices: indiferencia frente al hecho (“qué me importa”) , error en la evaluación o autoengaño (“no deben ser  tan malos”, “ por algo será” o “esto mejorará”), hasta la colaboración lisa y llana. Por supuesto que cada una de estas posturas daría lugar para un ensayo, pero basta su reseña para presentar el contexto histórico.

Nuevamente vemos como la evaluación de una situación tiene sus consecuencias que se cuentan por millones de muertos.

Por último, el juicio de Nuremberg, donde los jefes nazis fueron juzgados por los vencedores, aplicando sus propias leyes y sus propios jueces. Es decir que los jerarcas nazis no fueron juzgados conforme su derecho y sus jueces sino por los vencedores.

Acalorados debates ha generado este juicio:

Tenían derecho los vencedores en juzgar a los vencidos?

Se puede aplicar una ley penal retroactivamente?

No obedecián los nazis a su propio sistema normativo, a sus leyes y decretos?

Se podía soslayar el derecho nazi.?

Lo importante es ver, que hay siempre conflicto de valores: legalidad o “justicia”, obediencia a la ley injusta o rebelión, fondo o forma.

Los conflictos de valores siempre implican una interpelación a la conciencia del hombre y lo obliga a optar, a elegir.

Siempre tenemos la posibilidad de elegir y lo importante es comprender y exteriorizar cuál es el valor que estamos privilegiando al optar: preferimos la ley o la justicia, preferimos la formalidad o el objetivo. Una vez comprendido ello tenemos que hacernos cargo de la opción. Siempre en última instancia la elección es nuestra, por acción u omisión, como diría Sartre, siempre nos queda la última carta, la última opción frente a un dilema que nos compromete como seres humanos, nos queda el suicidio. Al preferir vivir, estamos optando.

Dr Eduardo Terzian


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